La noche del lunes fue una noche fría, pero los deportistas y voluntarios de la Olimpiada no reblan y una vez más el calor humano y la convivencia derrotaron con amplitud a la climatología que quería fastidiarnos.
La cena se realizó en el interior de los pisos del colegio y en un ambiente distinto que resultó extremadamente agradable. Después de la cena, hasta las once y media, el pabellón se convirtió en discoteca, se llenó de decibelios, de deportistas y voluntarios que esta vez gracias a la música y al baile vencieron al frío a base de movimiento. Miles de personas movieron el esqueleto sin cesar y algunos intercambiaban información para seguir junticos durante todo el año, aunque Cádiz y Vitoria, por ejemplo, disten algunos kilómetros.
Desde la redacción de las páginas web del colegio aprovechamos la ocasión para desear a todos los que habéis participado en esta Olimpiada que el año 2015 sea un feliz año para todos.