Acabamos de cerrar el ciclo de celebraciones del 40 aniversario del grupo scout Bajo Aragón y tras todos estos años de vivencias en el escultismo del colegio, cabe preguntarse el porqué sigue teniendo sentido el escultismo hoy en día como movimiento educativo para nuestros hijos.
Muchos de nosotros somos herederos de una filosofía basada en el compromiso, en la Naturaleza y en la vida en grupo, que con mayor o menor acierto, hemos adquirido en este movimiento de aire libre. Un gran número de alumnos, padres actuales del colegio, profesores y marianistas han formado parte del grupo. Por él han pasado cientos de chavales, de familias, de animadores voluntarios que han tenido en común una filosofía: la de dejar un mundo mejor que lo encontramos.
El grupo ha tenido y tiene muchos altibajos, como cualquier grupo que está integrado y es parte del mundo en el que vive. En nuestro caso, el Grupo Scout Bajo Aragón, es parte fundamental del entorno, no solo del colegio, sino de la Parroquia marianista de Santa Cruz, del barrio Montemolín y del Movimiento Scout Católico, (del que fuimos fundadores en Aragón). Es un movimiento educativo, y lo tenemos claro.
En una época como la nuestra de desarrollo tecnológico, de una tremenda competitividad, de premiar la facilidad y comodidad, donde los juegos son individuales y casi siempre en el propio hogar, el escultismo es una bocanada de aire fresco que nos recuerda que hay una Naturaleza donde jugar, un inverosímil nudo que aprender para hacer una construcción, que se puede ser austero y feliz a la vez, y especialmente, que se puede tener unos amigos con quienes descubrir todo un mundo. El niño scout toma protagonismo favoreciendo su autonomía en una sociedad que nos hace ser dependientes y miedosos a la hora de tomar una iniciativa. Aprende a cumplir unas reglas de juego aunque no le gusten, a descubrir las cosas sencillas y cercanas y la realidad frente a lo virtual. Aprende también lo más importante: a ser crítico desde el compromiso personal que le da protagonismo.
No son palabras vacías o bonitas. Los que hemos vivido el escultismo y somos educadores vemos la importancia que tiene este movimiento en el carácter de nuestros alumnos. Cuarenta años son muchos, pero habrá un cuarenta y uno y más… el grupo es parte del colegio y está abierto a vuestros hijos e hijas para que sean parte de este proyecto educativo. Es una buena manera de educarlos, con unos fuertes valores que les den seguridad en un mundo que está en continua transformación. Pronto convocarán a un nuevo curso scout, (le llamamos “ronda solar”), os esperan con las puertas abiertas. Un saludo.
Josi Sauca Modrego
Profesor de ESO